Hamish Fulton: El arte de pasear

Desde que Arthur C. Danto dejó claro que cualquier cosa puede ser una obra de arte siempre y cuando haya sido producida "con la intención de que sea arte", se ha abierto la veda para que en nuestras galerías y museos entren objetos e ideas de lo más variado. Hace más de un siglo Duchamp rompió el hielo con su famoso urinario, luego vino la caja de detergente de Andy Warhol y en esa línea artística en la que la idea tiene más importancia que el objeto podrían enclavarse las camintas de Hamish Fulton (1946). Un artista que lleva años haciendo del paseo un arte. 

Fulton realiza unas largas caminatas (que pueden ser individuales o colectivas) por países como Japón, Tibet o España y que plasma en una serie de obras que adoptan la forma de fotografías documentales, dibujos o intervenciones con letras de vinilo como las que se pueden ver en las vitrinas de la galería valenciana Espaivisor, que ya dedicó su stand de la feria Frieze en Nueva York a este artista conceptual. Estas caminatas constituyen toda una experiencia en sí mismas y los restos que de ellas quedan hacen reflexionar al espectador sobre toda una serie de ideas que pueden ir desde la falta de libertad en el Tíbet hasta la soledad del caminante. Toda una forma de acercarse al Land Art a través de los paseos por la Naturaleza.

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