La herencia Picasso
París contaba de nuevo con una de sus grandes atractivos artísticos tras cinco años de obras de renovación y amplicación, el Museo Picasso. Un museo que sería impensable en Valencia (ciudad que ni siquiera disponía de un centro dedicado a su pintor más ilustre, Joaquín Sorolla). Pero esta imposibilidad no se basaba en la falta de pasión por el pintor malagueño sino en la figura jurídica que posibilitó el nacimiento del museo parisino.
Picasso falleció en 1973 dejando tras de sí un buen número de obras de arte, propiedades y familiares mal avenidos. El creador del Guernica se casó en dos ocasiones pero tuvo hijos con otras dos mujeres. Su primera mujer falleció en la más absoluta soledad en 1955. Picasso murió en 1973 sin hacer testamento. Su nieto Pablito se suicidó tres días después ingiriendo una botella de lejía; su hijo Paulo, padre de Pablito, murió de cáncer de hígado dos años después; y Maria Therese Walter, madre de Maya, se quitó la vida ahorcándose en el garaje cuatro años más tarde. Tras todos estos entierros quedaron siete herederos: su última esposa Jacqueline, su nuera Christine, sus hijos Claude, Paloma y Maya, y sus nietos Marina y Bernard. Por encargo de estos herederos, un equipo de abogados, notarios y expertos en arte comenzó un largo proceso de cuatro años para inventariar todos los bienes de Picasso. El resultado final fue de 1885 pinturas, 7089 dibujos, 1228 esculturas, 6112 litografías, 2800 cerámicas, 18095 grabados, 149 cuadernos y 8 tapices. Un 40% de su producción total. Todo ello valorado en cerca de 696 millones de euros de la época (una cifra que hoy sería considerablemente superior). Tal y como tituló el semanario francés Le Point, “La herencia del siglo”.
Y precisamente fue esa herencia la que dio origen al Museo Picasso de París. Cuando la familia llegó a un acuerdo para repartirse la herencia (hicieron falta otros cuatro años y 60 reuniones) vino la sopresa en forma de impuesto de sucesiones. Gracias a la Ley Malraux (que puso en marcha la dación que permitía el pago de impuestos con obras de arte para evitar que las colecciones de los herederos salieran fuera de Francia), este impuesto pudo saldarse por medio de 5000 obras de Picasso que pueden contemplarse actualmente en el magnífico Hotel Salé, u palacete del siglo XVII situado en el corazón del barrio parisino de "Le Marais". La figura de la dación existe en España pero solo a nivel nacional, por lo que si una familia de Valencia se acoge a esta figura, no se asegura que las obras se queden en su ciudad sino que es Madrid quien decide a qué museo van y, curiosamente, siempre suele ser uno de la capital. Cosas de Madrid.